El Apostolado Precede
a lo profético
Desde el siglo
XX, en el
movimiento llamado apostólico
se ha introducido
una enseñanza que
trata de mostrar
la “primacía” del
oficio del profeta
sobre el del
apóstol, y aunque
esto no pareciera
relevante, en el
orden de las
Escrituras, sí tiene
diferencia de fondo;
por supuesto que
si vamos a
buscar la palabra
apóstol en el
Antiguo Testamento, objetivamente
no se menciona
dicha palabra, es
decir, no se
utiliza el término
apóstol, o
apóstoles; solo profeta(Génesis 20:7),
profetas [1 Samuel
10:5], e hijos
de los profetas
(2 Reyes 2:5], sin embargo,
esto no deja
de ser falta
de contenido histórico
y curiosamente una
falta de conocimiento
exegético. Aunque en apariencia y
en alguna medida
esto “no” tiene importancia,
y debiéramos verlo
como errata de
parte de los hombres
reconocidos como doctos
(que poseen muchos
conocimientos adquiridos a
fuerza de estudio),
a los cuales
respetamos en el
cuerpo de Cristo;estando conscientes
de que la
autoridad de las
Escrituras no se
discute, sólo se
acepta; sobre todo,
comprendiendo que por
medio de ellas se certifica
que Jesucristo es el
mismo ayer (tiempo
del Antiguo Testamento),
hoy, (tiempo de Pablo en
el primer siglo
antes de que
surgiera el Nuevo
Testamento), y por
los siglos que
conciernen a nuestros
tiempos finales,que incluyen
el posterior Reinado
de mil años desde
Jerusalem, desde donde
reinará físicamente el
Señor Jesús cuando
vuelva de nuevo
a la tierra,
por todo esto, sabemos que
el orden que
se estableció a
su partida al cielo, es
el que debe prevalecer
en la iglesia,
reconociendo que la
verdad revelada que
Él estableció a
través de su
labor ministerial quedó
establecida ¡Para siempre!En ese
sentido, la iglesia
esta cimentada sobre
la base de
la revelación de
quién es Jesús
el Cristo, y
cuál fue la
encomienda de Él
al partir. Todo
a partir de
la revelación que constituyó al
apóstol Pedro en una
piedra al recibir
la revelación de
que Jesucristo era
la Roca de
fundamento. Esto constituye
el apostolado de
la Iglesia. Apóstoles
reciben la revelación
sobre la cual
somos constituidos en
piedras vivas. (1
Pedro 2:1-5). La
iglesia es el
Edificio levantado sobre el fundamento
de un llamado. ¡Esto
va más allá
de todo profetismo!
Por supuesto que
creemos en los
profetas, ¡Por esto
somos proféticos!
Cuando leemos acerca
de la historia
de hombres escogidos
como Abraham, Moisés, Samuel,
Daniel, Isaías, Jeremías
y todos los
profetas que escribieron
y forjaron gran
parte del Antiguo
Testamento a través
de sus vidas,
nos damos cuenta
de que Dios
no tuvo que
tratar con ellos
a través de otros profetas.
Ellos surgieron cimentados
sobre una relación
de intimidad, y
por esto fueron
fieles en guardar
las palabras de
Dios, entendamos que
esta es la señal
que debemos ubicar
a la hora
de discernir la
función de quiénes
son los apóstoles
ayer (enviados a
desarrollar o cumplir
una labor), ya sea en
el Antiguo, como
en el Nuevo
Testamento, por cuanto
apóstoles caminan en
intimidad y compañerismo
con el que
llama, esa es la
clave en
todo llamado: La
intimidad con Dios. Observemos que Dios no
necesitó enviar ningún
profeta a Abraham,
tampoco a Moisés,
mucho menos a
Samuel, o Daniel;
pero tampoco a
Isaías, ni a
Ezequiel o a
Jeremías. Es estando
en esa condición
de vasos abiertos
al fluir de
Espíritu a espíritu,
espíritu atento, sensible
al Espíritu, cuando
surge la comisión
divina. Profetas eran
enviados a “ir”
y “decir”. Como
lo podemos ver
en la experiencia
de Ahías cuando
le dijo a la mujer
de Jeroboam, quien
mandó a su
mujer a consultar
al profeta: «Cuando Ahías
oyó el sonido
de sus pies,
al entrar ella
por la puerta,
dijo: Entra, mujer
de Jeroboam. ¿Por
qué te finges
otra? He aquí
yo soy enviado
a ti con
revelación dura». (1
Reyes 14:6). ¿Quién
venía a quién?
¿La mujer donde
Ahías? ¿O él
enviado a ella?
¡Sin moverse de
su lugar Ahías
era enviado a
ella! Lo que
nos debe enseñar
que profetas son
enviados cuando alguien
se desvía de
lo establecido por
el Dios que
envía. Los profetas
son enviados cuando
el pueblo descuida
su compromiso con
la Palabra escrita
o hablada. Entendemos
que lo que provoca
la presencia de
profetas en medio
del pueblo es cuando quien
recibe los mandamientos
del Señor se
descuida. Pero, qué
sucede cuando la
iglesia se mantiene
dentro de los
lineamientos trazados por
el diseño establecido
como la gran
comisión de:
·
1). Predicar
extendiendo la esfera
de autoridad del
Reino de Dios;
·
2). Haciendo discípulos
que sean idóneos
para seguir reproduciendo
lo que se les enseñó
ellos de parte
de los apóstoles,
que a su
vez, lo transfieren
a los ancianos-obispos-pastores-. (Hechos
20:17, 28; Tito 1:5, 7;
1 Pedro 5:1-4);
·
3). Manteniéndose
en la unidad
en amor (Efesios
4:1-7), por cuanto
esta es la
señal característica para
saber que somos
discípulos del Señor.
(Juan 13:34-35).
Esto lo
recomendó el Señor
a sus discípulos,
al enviarlos a
hacer lo que
ellos le vieron
hacer a Él
durante los tres
años y meses
que caminaron lado
a lado con
Él. (Juan 20:21).
En ese sentido,para
conservar la encomienda
sobre la cual
se comenta la
iglesia se requiere
más de apóstoles
que de profetas.
Porque profetas son
enviados cuando hay
que hacer correcciones
por pecados o
descuidos, o enfriamiento
en la iglesia para
estimularlos y consolarlos
como hicieron Judas
y Silas, «Y Judas
y Silas, como
también ellos eran
profetas, consolaron y
confirmaron a los
hermanos con abundancia
de palabras». (Hechos 15:27-34);
mientras que apóstoles llegan
porque perciben cuando
en una región
la iglesia requiere
escalar nuevos niveles
en el entendimiento
de la visión
de Cuerpo espiritual,
o más impartición
o confirmación de
dones o ministerios,
algunas veces los apóstoles son
llamados por los
pastores (ancianos). Ciertamente
sabemospor lo que
leemos en Efesios
2:20, que la
iglesia está edificada
sobre el fundamento
de apóstoles y
profetas. Sin embargo,
observe que por
todas las epístolas
predominan dos oficios
indisoluble: Apóstoles, y
ancianos.(Hechos 11:30; Hechos
14:23; Tito 1:5); En alguna
medida el tercer
oficio que más
se menciona es
el de maestros,
o apóstoles enseñando
como maestros. (Hechos 11:25-26;
Hechos 15:4; Hechos
20:17, 28). Cierto
que había profetas
en Antioquía, y
también maestros. (Hechos
13:1). Pero una
iglesia no avanza
hacia su maduración
basada en “profecías”,
o ministerios de
profetas; sino sobre
el fundamento establecido
por los apóstoles…
La iglesia es
reafirmada sobre el
fundamento de apóstoles, y profetas
llegan a consolidar
sobre el fundamento
ya puesto por
los apóstoles. Profetas
operan y afirman
su oficio, más
sobre palabras de
ciencia (no necesariamente a
base de profecías que
es un don), cuando en
la iglesia hay
pecado que puede
contristar al Espíritu
Santo; los profetas
llegan para hacer
tornar a los
santos al modelo
diseñado por los
apóstoles. ¿Cuál es
el diseño que
recibieron los apóstoles?
·
1). La vida de
relación íntima entre
el Señor y
su Padre Dios. (Juan 4:32-34;
Juan 5:30; Juan 5:20, 30;
Juan 8:42, 54); Siendo su
énfasis a los
santos: «Lo que hemos
visto y oído,
eso os anunciamos,
para que también
vosotros tengáis comunión
con nosotros; y
nuestra comunión verdaderamente es
con el Padre,
y con su
Hijo Jesucristo. Estas
cosas os escribimos,
para que vuestro
gozo sea cumplido». (1
juan 1:3-4). Observemos
que el centro
y motivación de
los apóstoles es
(y debe ser),
consolidar la fe
en una relación
vertical con el
Hijo de Dios,
el Padre, y
firmemente con el
Espíritu Santo que
nos enseña a
través de la
unción todas las
cosas. (2 Corintios
13:14, 1 Juan
2:20, 27).
·
2). Las evidencias palpables
de la obediencia
y la disposición
de Él en comunión con
las palabras que
le daba su
Padre, las cuales
Él les dijo
que luego enseñaran
a todos los
discípulos que alcanzaran.
«…
enséñenles que guarden todas
las cosas que
os he mandado;
y he aquí
yo estoy con
vosotros todos los
días, hasta fin
del mundo. Amén». (Mateo 28:20),
¿Se imagina usted
lo duro de
sus Palabras para
los discípulos?Porque hablaba
en un lenguaje
misterioso pidiendo que
comieran su carne,
¡Y bebieran su
sangre cuando era
prohibido por Dios
comer sangre! (Juan
6:53-66); definitivamente el
fundamento sobre el
cual está cimentada
la iglesia, es la vida
sacrificial y dedicada
(consagrada), del Hijo
de Dios. Apóstoles
que caminaron todo
el tiempo de
Jesús, no escucharon
ni vieron profetas
(fuera de Juan
el Bautista), excepto
¡El mismo Jesús!
Recordemos que cuando
Jesucristo nació fuera
de Juan el
Bautista. No hubo profetas
durante cuatrocientos años
en Israel.
Estos pasajes del
Nuevo Testamento nos
enseñan una realidad
hermenéutica y Escritural.
Nunca hubo profeta
en el Antiguo
Testamento, que primero
no recibiera una
comisión que le
acreditara como alguien
enviado para que hablara como
intermediario entre Dios
y el pueblo.
El profeta primero
era enviado (esto lo
hacía apóstol aunque
no se mencione
la palabra), el
mensaje no era
de él, sino de Dios hablando a
través de él,
por tanto, en
lugar o de
parte de Dios.
Por supuesto que no siempre
es cierta la
idea de que
un profeta es
alguien que predice acontecimientos futuros, con lo cual
se involucra la idea de que debe
existir profecías, si
observamos el modelo
que nos provee
el Nuevo Testamento
acerca de la
labor de un
profeta tenía doble
avenida entre Dios
y la iglesia.
«Judas y
Silas, como ellos
también eran profetas,
consolaron y confirmaron
a los hermanos
con abundancia de
palabras. Y pasando
algún tiempo allí,
fueron despedidos en
paz por los
hermanos, para volver
a aquellos que
los habían enviado».
(Hechos 15:32-33), prestemos
atención a este
hecho neurálgico que
muchos profetas modernos
parecieran desconocer, y
mucho menos aceptar,
¡Que tengan que
estar sometidos a
otros oficios ministeriales, por
lo menos mientras
son inmaduros en
el ejercicio de su llamado!
La experiencia de Judas y
Silas nos ayudan
a rechazar la
idea de sólo
Dios los puede
mandar a una
misión, y que
no necesitan estar
sujetos a ninguna
otra autoridad fuera
de ellos. Judas
(Barsabás), y Silas eran personas
prominentes en la
iglesia de Jerusalem,
tenían buen testimonio,
eran conocidos por su labor
profética, y sin
embargo, fueron enviados
por Jacobo el
apóstol y pastor
principal de la
iglesia de Jerusalem.
Observemos que no
fueron enviados!Para profetizar, en el
oficio! Fueron enviados
para entregar una
carta. (Hechos 15:22-23,
32), por supuesto
que además de
entregar la carta,
fluyeron en su
labor de profetas
cimentados en la
labor del apostolado
de la iglesia
que es el
de edificar y
consolar afirmando en
la fe dada
a conocer por
el Señor a
los apóstoles, profetas
y maestros, oficios
principales que fueron
depositados en la
iglesia para ejercer
como cabezas de
gobierno. (1 Corintios
12:28),sin desconocer la
autoridad de pastores
y evangelistas que
complementan el equipo
de cinco, cada
uno en su
área: ¡No dos ni tres
sino cinco!
Profetas,
deben enseñar a
guardar el orden
en la ministración de las palabras
que se reciben
en las reuniones
públicas o privadas.
(1 Corintios 14:27-31);
por muchos años
los creyentes confunden
las palabras personales
que a veces
se les da por un
profeta, que recibe
palabras de Ciencia que
no siempre equivale
a profecía; profetas
deben enseñar a los santos
a administrar la
operación de los
dones de sabiduría,
ciencia, y géneros
e interpretación de
lenguas y profecía;
poniendo en operación
el don de
discernimiento de espíritus,
para discernir, no solo
las palabras recibidas
para saber si son dadas
en ciencia, o
si son realmente
profecía, ¿Cómo sabe
el profeta cuando
lo que está
recibiendo es profecía,
o simplemente una
palabra de ciencia.
Porque un profeta
puede operar en
palabra de Ciencia
para notificar cosas
que están sucediendo,
y no necesariamente sus
palabras tienen que enfocar el
futuro. De todos
modos: Recibir y luego transmitir
de parte de
Dios nos permite
reconocer que el
apostolado precede a lo
profético. ¿Por qué?
Porque desde el
momento en que
alguien habla en
lugar o de
parte de Dios,
¡Aunque primero reciba
la palabra, tiene que ser comisionado,
enviado a dar la
palabra: esto lo
hace un enviado,
antes que un
profeta, porque la
palabra no es
conocida si Dios
no la deposita
en el espíritu
del profeta. Ejemplos,
como el caso
de Ezequiel, a quien se
le ordenó encerrarse
en su casa
donde estuvo cuatrocientos
treinta días sin
salir (aunque tenía
la palabra), como
lo describe él
mismo: «Entonces entró el
Espíritu en mí
y me afirmó
sobre mis pies,
y me habló, y
me dijo: Entra,
y enciérrate dentro
de tu casa…
Y haré que
se pegue tu
lengua a tu
paladar, y estarás
mudo, y no
serás a ellos
varón que reprende;
porque son casa
rebelde. Mas cuando
yo te hubiere
hablado, abriré tu
boca, y les
dirás: Así ha
dicho Jehová el
Señor: El que
oye, oiga; y
el que no
quiera oír, no
oiga; porque casa
rebelde son». (Ezequiel
3.24-27; Ezequiel 4:4-8).
Israel hizo un
pacto con el
Dios de sus
padres Abraham, Isaac
y Jacob, y
juró que cumpliría
sus leyes. De
modo que cuando
ellos fallaron Dios
comenzó a enviarles
profetas (Aquí está
su apostolado al
ser comisionados=enviados), «… desde el día que
vuestros padres salieron de
Egipto hasta hoy.
Y os envié
todos los profetas
mis siervos, enviándolos
desde temprano y
sin cesar». (Jeremías
7:25; Jeremías 25:4;
Jeremías 26:5. Las
negritas son mías);
observemos que es a partir
de la salida
de Egipto que comienza
la operación oficial
de los profetas«Jehová envió
a los hijos
de Israel un
varón profeta, el
cual les dijo:
Así ha dicho
Jehová Dios de
Israel: Yo os
hice salir de
Egipto, y os
saqué de la
casa de servidumbre». (Jueces
6:8), es la
primera vez que
aparece un profeta
en Israel, porque
antes de morir
Moisés, y Josué,
no se necesitaban
los profetas porque
ambos mantuvieron una
profunda relación de fe e
intimidad. Por la
poderosa gracia del
Señor Dios, a
partir del nuevo
pacto en la
sangre de Jesús,en
la iglesia y
a partir de
los apóstoles, surgen
los profetas y se constituyen
en hijos de los apóstoles
que caminaron con Jesús;
todo esto hace a
la iglesia cubierta
de un apostolado
confirmado por los
profetas, lo cual
hace a la iglesia profética.
No solo porque
cree en los
profetas, sino porque
también tiene profetas.
Los cuales operan
sujetos no solo
al Señor, sino
a apóstoles que
son los pastores
tanto de pastores,
pero también de evangelistas, maestros
y profetas, a
los cuales les
da instrucciones particulares.
«Si alguno
se cree profeta,
o espiritual, reconozca
que lo que
os escribo son
mandamientos del Señor,
más el que
ignora, ignore». (1
Corintios 14:37-38); apóstoles
dan directrices a
profetas, apóstoles al
recibir el fundamento
base de la
iglesia lo enseñan
a toda la
iglesia. La diferencia
entre apóstoles y
profetas es, que
apóstoles llegan a
poner las bases,
y dan a luz pastores,
profetas y maestros,
mientras que profetas
mantienen a la
iglesia dentro del
fundamento enseñando donde
no hay apóstoles,
y consolando cuando
los fieles están
confundidos como en el caso
en que Judas
y Silas fueron
enviados con la
carta para aliviar
la carga espiritual
errónea que dejaron
los judaizantes que
llegaron a Antioquía
a perturbarlos como
hemos visto más
arriba. Apóstoles mantienen
una relación con
el Señor mientras
extienden la esfera
del Reino. Apóstoles
son comisionados por
el Señor para ir
donde no haya
obras. (Hechos 18:6-11;
1 Corintios 4.15-17);
pero también para
edificar las obras
que ya estén
en una región.
(Hechos 19:1-7). En
ese sentido, la
unción de los apóstoles es tanto de establecimiento de fundamento, como
la de edificar
y desarrollar a
los santos sobre
el fundamento en
su fe. La
unción de pastores
y profetas es
la de mantener a los santos
en el fundamento
de los apóstoles.
«Porque nadie
puede poner otro
fundamento que el
que está, el
cual es Jesucristo». (1
Corintios 3:11-17); la
base de ese
fundamento esta cimentada
sobre la labor
de hacer discípulos
que extiendan la
autoridad del Reino
que lo anuncia
a Él como
Señor y Cristo
de acuerdo a
la visión de
Isaías 59:21. ¡Le sugiero
que lo lea!
¿Qué va anunciar
un profeta fuera
de esa comisión
en la dispensación
de la gracia?
Las epístolas del
Nuevo Testamento nos
permiten conocer cómo
la iglesia está
siendo edificada sobre
la revelación de
quién es Jesucristo:
El Hijo del
Dios Viviente. Adquirir
este conocimiento nos
constituye en piedras
vivas, ¡Esto va
más allá de
ser simples ovejas!
Ésta es la
esencia de la
visión que Jesús,
el Señor resucitado
le ordenó a
los apóstoles: Que
fueran a hacer
lo que Él hizo. (Juan
20:21). Leyendo las
palabras de Jesús
a sus discípulos
y a los
oyentes en las
que originalmente en
diferentes versiones se
dice que Jesús
enviaría profetas, y
sabios y escribas
como lo refiere
Mateo 23:34, en
Lucas 11:49 añade
que enviará apóstoles
y esto aparece
en segundo lugar,
y esto debemos
verlo como una
palabra de sabiduría
entendiendo que Jesús
estaba hablando en
medio de una
cultura hebrea que
no tenía considerado
el misterio de
la Iglesia; sin
embargo, cuando leemos
la historia del
libro de Hechos
de los apóstoles,
vemos que allí
se nos enfatiza
que el gobierno
estaba en manos
de apóstoles. Pero
es al leer
la epístola del
apóstol Pablo a
los gentiles en
1 Corintios 12:28,
que debemos reconocer
y aceptar el
hecho real de
que se dice
que primeramente puso
Dios en la
iglesia apóstoles; lo
segundo profetas, lo
tercero maestros, luego
los que hacen
milagros (equivale a
los evangelistas), y
después los que
sanan (ancianos-pastores-obispos según
Santiago 5:14); ¿Coincidencia? El
Nuevo Testamento es
considerado el Nuevo
Pacto, escrito para
resaltar tres cosas:
·
1). La vida de
Jesús el Hijo
de Dios;
·
2). La historia y
referencia de la
iglesia desde Hechos
hasta Apocalipsis,
·
3). Y la esencia
de la labor
de ensanchamiento del
Reino a través
de la Iglesia
por toda la
tierra. (Salmo 2:8;
Isaías 49:6-8, Mateo
28:18-20). Lo que
deberíamos comprender es,
que a quienes
estuvieron con Él
fue que Él comisionó, no
para profetizar, sino
para exponer su
estilo de vida,
e impartir sobre
los discípulos lo
que Él sopló
sobre ellos: ¡Vida
abundante para transferir
de espíritu a
espíritu! Es por
todo esto que
debemos observar que la
historia de la
iglesia comienza con la biografía
descrita por apóstoles
que narran los
hechos de Jesús:
Mateo; Marcos; Juan
(no incluyo a
Lucas porque no
fue apóstol, aunque
sí discípulo del
apóstol Pablo), y culmina con
Apocalipsis escrito por el apóstol
Juan, por tanto,
en cuanto a
la gracia, la
iglesia depende del
diseño que aprendieron
quienes escribieron como
testigos del proclamador
del Reino por
excelencia.
Apóstoles judíos viviendo
en Israel conocieron
de primera mano
la esencia primordial
de la Iglesia.
Aunque no tuvieron
el alcance en
el entendimiento que
experimentó el apóstol Pablo,
quien escribe acerca
del misterio del
Cuerpo en el
que fueron fusionados
judíos y gentiles.
De hecho el
apóstol Pedro hace
referencia a los escritos de
Pablo en los
que (dice Pedro),
«el hermano
Pablo habla de
algunas cosas difíciles
de entender». (2
Pedro 3:15-16); Cierto
que Jesús habló
en misterio a los de
su cultura, y
por eso dijo
que enviaría profetas
sabios y escribas.
Sin embargo, desde
Hechos de los
Apóstoles se registra
la administración de
la iglesia en
manos de apóstoles.
En el Nuevo
Testamento aparecen profetas
operando cuando existen
situaciones en las
que hay necesitad
de advertir acerca
de situaciones que
tenían que suceder
fuera de Jerusalem.
(Hechos 11:27-30), o
cuando se requería reubicar
y reafirmar los
propósitos del Señor,
advirtiendo de cosas
que tendrían que
suceder por la
fuerza de la
voluntad humana. (Hechos
21:10-14); En este
caso el Espíritu
Santo envía a
Agabo donde está
hospedado Pablo porque
éste,influenciado por un
sentimiento nacionalista se
empecinaba en ir
a Jerusalem (aunque
el Señor lo
había enviado a
los gentiles), su
persistencia en desoír
al Espíritu, finalmente
provocó su encarcelamiento, y es estando
en esa condición
de prisionero, donde madura su
mayor entendimiento del
misterio del Cuerpo,
de modo que con la
mente más clara
escribe las epístolas
en las que
va reafirmando las
bases fundamentales para
la edificación de
la iglesia en
la que cada
discípulo está llamado
a fluir en el don
adquirido por la
llenura del Espíritu
Santo. Observemos que el apóstol
Pablo insistía en ir a Jerusalem
cuando en realidad
debía irse a
los gentiles; y
aunque el Señor
se le apareció
en visión tratando
de advertirle, ¡Ni
al Señor le
hizo caso y
su precio fue su primer
encarcelamiento que lo
puso en la
mira del emperador
romano que al
final lo hizo
ejecutar! En Hechos
22:17-21 Leemos su
resistencia a las
palabras del Señor
de que saliera
de la ciudad;
Hechos 28:30-31, describe
cómo pasó sus
últimos dos años
antes de ser
martirizado por Nerón
en el año 68. Ya hemos
descrito más arriba
cuál era la
esencia de la
gran comisión; cuando
leemos y revisamos
la gran mayoría
de versiones de
la Biblia, es
indescriptible la realidad
en que se
encuentra un solo
orden de prioridad
en la base
de gobierno en
la iglesia que
nació en Jerusalem;
pues en las
Escrituras del Nuevo
Testamento (sobre todo
en las epístolas
del apóstol Pablo),
se registra con
soberana claridad el
orden de posiciones
en los oficios
de gobierno en
la iglesia, para
afirmar esto, introduzco
algunas versiones de
Biblias en las
que excepto por algunas
variaciones de palabras
se registra el
mismo orden establecido
por Dios en
Cristo, y podremos
ver que es
único, por ejemplo,
leyendo primera de
Corintios desde la
Versión de la
Biblia. Dios Habla
Hoy leemos: «Dios ha
querido que en
la iglesia haya,
en primer lugar,
apóstoles; en segundo
lugar, profetas; en
tercer lugar, maestros;
luego personas que
hacen milagros, y
otras que curan
enfermos, o que
ayudan, o que
dirigen, o que
hablan en lenguas».
(1 Corintios 12:28
Dios Habla Hoy);
Si leemos el
mismo pasaje en
la Biblia Católica,
no hay variación;
al leer la
Versión La Biblia
de las Américas,
solo hay una
variación y dice
así: «Y en la
iglesia, Dios ha
designado: primeramente apóstoles,
en segundo lugar,
profetas; en tercer
lugar, maestros; luego,
milagros; después dones
de sanidad, ayudas,
administraciones, diversas clases
de lenguas». (1
Corintios 12:28. Versión
La Biblia de
las Américas, la
Nueva Versión Internacional
dice lo mismo
que La Biblia
de las Américas);
y así sucesivamente
en todas las
versiones que me
eximo de poner,
todas las demás
versiones mantienen el
mismo orden: Apóstoles
son los primeros
en el conocimiento
del diseño sobre
el cual está
edificada la iglesia
y nadie puede variar
ese orden Nuevo Testamentario.
Los invito a
tener un recorrido
que demuestra la
labor de los
hombres que recibieron
comisiones que permitían
definir la labor
apostolar antes que
profética. De modo
que fuera de
la persona de
Adam. La primer
persona que fue
comisionada para ejecutar
una labor apostolar
fue Noé cuando
se le dijo:
«Hazte un
arca de madera
de gofer; harás
aposentos en el
arca, y la
calafatearás con brea por dentro
y por fuera». (Génesis
6:14-22). ¡Esta fue
la primer comisión
a un hombre,
que no era
profeta!
El segundo hombre
que recibe una
comisión apostolar fue
Abraham, al que
se le dio
la instrucción de
salir a tierras
extrañas para él. (Génesis 12:1).
Es importante resaltar
que la primera
vez que aparece
la palabra profeta
es en Génesis
20:7, y su
usa para referirse
a Abraham.
Después de Abraham El
tercer personaje a
quien Dios comisiona
una misión es
a Moisés. (Éxodo
3:10). Por este
profeta sacó a
Israel, y por
él fue guardado
en el desierto. «Y por un
profeta Jehová hizo
subir a Israel
de Egipto, y
por un profeta
fue guardado… el
que los guió
por la diestra
de Moisés con
el brazo de
su gloria; el
que dividió las
aguas delante de
ellos, haciéndose así nombre
perpetuo». (Oseas 12:13; Isaías
63:11-12).
Cuando mueren
Moisés y Josué
a la voz
de clamor de
Israel, Dios siempre
les envió profetas.
La primera vez
que aparece la
mención de un
profeta después de
la salida del
desierto, es debido
al clamor del
pueblo, que llega
este profeta sin
nombre, antes de
enviar a Gedeón
a liberarlos de
los madianitas. «Los hijos
de Israel hicieron
lo malo ante
los ojos de
Jehová; y Jehová
los entregó en
manos de Madián
por siete años…
Y cuando los
hijos de Israel
clamaron a Jehová,
a causa de
los madianitas, Jehová
envió a los
hijos de Israel
un varón profeta,
el cual les
dijo: Así ha
dicho Jehová Dios
de Israel: Yo
os hice salir
de Egipto, y
yo os saqué de
la casa de
servidumbre… pero no
habéis obedecido mi voz». (Jueces
6:1, 7-10); Siempre que
hubo profeta en
Israel, éste primero recibió
la comisión, y
luego operó como profeta
enviado. Esto define
el apostolado que
precede a los
profetas. La diferencia
entre apóstoles y
profetas es, que
apóstoles llegan a
la iglesia:
·
1). Para elevar su
nivel de relación
en el conocimiento
de Cristo y
la estatura que
deben alcanzar los
miembros del Cuerpo
de Cristo;
·
2). Para impartir nuevos
niveles de unción
e impartición de
dones de manera
que haya fluidez
de miembro (órgano
en el cuerpo)
a miembro (órgano
en el cuerpo),
(Romanos 1:11); hasta
que cada uno
sea conocido por
la actividad que
el Espíritu Santo da
para irse edificando
unos a otros
en amor. (Efesios
4:15-16, Colosenses 3.16;
1 Corintios 14:26).
Mientras que
la labor de los
profetas en la
iglesia es enseñar
a los miembros a
conocer cómo operar
en el don
de profecía, o
la administración de
la Ciencia. Pero
¡Ojo! Profetas son
enseñados a guardar
el orden en
la ministración y
uso de los
dones de comunicación
por los apóstoles
como hemos explicado
más arriba. Podemos
leerlo en la
epístola del apóstol
Pablo a los
Corintios, en diferentes
versiones de 1
Corintios donde se lea: «Igualmente, si
hay profetas, que
hablen dos o
tres, y que los otros
examinen lo que
se haya dicho.
Pero si Dios
le revela algo
a otra persona
que está allí
sentada, entonces el
primero debe dejar
de hablar. De
esta manera todos,
cada uno en
su turno correspondiente, podrán
comunicar mensajes proféticos,
para que todos
aprendan y se
animen. El don
de profecía debe
estar bajo el
control del profeta,
porque Dios es
Dios de paz
y no de
confusión». (1 Corintios
14:29-33. Versiones consultadas:
Dios Habla Hoy,
Nueva Versión Internacional; Versión
La Biblia Católica).
La Nueva Traducción
Viviente dice: «Recuerden que
la gente que
profetiza está
en control de
su espíritu y
puede turnarse con
otros». Todas
las negritas resaltadas
son mías.
Tenemos así,
que apóstoles, fungen
como gobierno interno
y externo colaborando
con ancianos (pastores)
a nivel interno
en cada iglesia
local; profetas que
con el tiempo
por su maduración
en su oficio
del profetismo, se
constituyen en maestros
que enseñen a
guardar el orden
en cada ministración
de los dones
de géneros de
lenguas e interpretación de
lenguas, profecía, y
palabra de ciencia,
siendo cada uno
de estos tres
dones diferentes en
sus funciones que
operan como dones
de comunicación vocal;
maestros de la
visión de cuerpo
operan unidos a
apóstoles para sobre
enfatizar las instrucciones
de los apóstoles
impartidas en las
congregaciones. Esta es
parte de la
labor de los
tres principales oficios
constituidos en la
base de fundamento
del apostolado de
la iglesia (sin
excluir a los
evangelistas). Entendamos que
los profetas no
solo traen profecías,
o vaticinan cosas
acerca del futuro,
sino que también
operan como maestros
para orientar y
contribuir en la
edificación en el
entendimiento de las cosas concernientes
al don de
géneros de lenguas,
el don de
profecía, y palabra
de ciencia, ¡No todo el
tiempo está profetizando,
tampoco necesariamente están
llamados a enseñar
acerca de la
visión de cuerpo
orgánico y espiritual,
como sí lo hacen apóstoles
y maestros! Por
supuesto, si entienden
y retienen las
instrucciones de apóstoles,
posiblemente pueden enseñar
fuera de su
oficio vocal.
Apóstoles son cabecera de
gobierno local pastoreando
y asistiendo a los pastores
(No anulándolos), a los
profetas, a los
maestros y a
los evangelistas en
cada congregación, en
su ausencia, pastores
principales en una
congregación donde ofician
varios pastores, profetas,
maestros y evangelistas
dan cuentas a ese pastor
principal (egeomai); si
conoce otro modelo
fuera del que
nos provee el Nuevo Testamento
de acuerdo a las epístolas
del apóstol de los gentiles,
por favor preséntemela sin
que sea el
sistema episcopal de
Roma que es
gobierno de Obispos
que aparece en
el siglo II a partir
del año 115, con la
incipiente idea de
que [para
conservar su catolicidad
(Universalidad) la iglesia
debía organizarse jerárquicamente bajo
la disciplina episcopal (de episcopos=obispo) y
un ministerio sacerdotal
completamente sujeta a
aquella (la iglesia) «El único
vínculo que al
principio une a
estas comunidades cristianas entre sí,
es el sentimiento
de fraternidad que
existe entre ellas. La
fe en los
apóstoles y de
sus inmediatos sucesores
es una garantía
segura para guiar
al obispo sin
necesidad de una
autoridad superior que
le dirija». Recuerde que
para esa época
no habían apóstoles
ni del Cordero,
pero tampoco apóstoles
hijos de apóstoles.
[Tomado de Historia general,
dirigida por A.
del Castillo. (Apolo,
Barcelona, 1943, Vol.
I, p. 436]. Cito otro
dato histórico: [Ignacio de
Antioquía (año 110),
fue uno de
los que preparó
el camino para esta
herejía, porque Ignacio
ve a Cristo
en cada obispo,
mientras que en
su opinión el
colegio de presbíteros
representa a los apóstoles.
Pero una idea
posterior de una sucesión
apostólica de los
obispos, que encontramos
en Cipriano, no
aparece todavía en
Ignacio… El que se opone
al obispo se
separa de la
iglesia. Tomada
de P. Kurtz
Historia de la
Iglesia Cristiana. I.
Pp. 69, 11-116].
Repito, fuera de
la catolicidad perpetuada
en la reforma
de 1517, por
el siervo Martín
Lutero, ciertamente siervo
de Jesucristo, sin embargo,
nunca rompió con
las ideas católicas
de Agustín de
Hipona de cuya
orden era seguidor
al momento de
su encuentro primeramente
con Romanos 1:17,
y posteriormente con
Jesucristo, ¡Pero nunca
rompió con el
gobierno episcopal de
un sacerdote para
una iglesia! ¿Puede
entender de dónde
viene el pastorado
Latinoamericano de un
pastor para una
iglesia? Que gracias
a Dios se
ha ido rebasando
al considerar la
posibilidad de trabajar
un pastor central,
con pastores asociados
en la misma
iglesia. ¡Pero todavía
no hemos llegado
al apostolado de
gobierno de apóstoles
que recuperen la gran comisión
de hacer discípulos
a los cuales
recomendarles la obra
porque sabemos que
es gente idónea
para enseñar también
a otros de
espíritu a espíritu
conforme a 2
Timoteo 2:2; que
es el único
medio de mantener
pura la iglesia
tal y como
la recibieron los
apóstoles del Señor,
apóstoles que sigan
dando a luz
pastores que suplan
su lugar en
las iglesia, mientras
los apóstoles ejercen
su apostolado por
donde el Espíritu
Santo los guíe!
Mientras tanto,
por ahora quedémonos
con la idea
central que pretendo enfatizar,
que en el
Nuevo Testamento con
mayor claridad el
apostolado precede a
la labor de
los profetas, que
ciertamente fueron mencionados
en los evangelios
como en primer,
lugar, por la
mentalidad nacionalista judía,
¿No se da
cuenta cómo le
era abominable a
Pedro hablar con
un extranjero? Léalo
«cuando Pedro
entró, salió Cornelio
a recibirle, y postrándose a sus pies
le adoró. Mas
Pedro le levantó,
diciéndole: Levántate, pues
yo mismo también
soy hombre. Y
hablando con él,
entró, y halló
a muchos que
se habían reunido.
Y les dijo:
Vosotros sabéis cuán
abominable es para
un varón judío juntarse o acercarse a
un extranjero; pero a
mí me ha
mostrado Dios que a ningún
hombre llame común
o inmundo, por
lo cual, al
ser llamado vine
sin replicar. Así
que preguntó: ¿Por
qué causa me
habéis hecho venir?».
(Hechos 10:5-35). Si
comparamos el alcance
del apóstol Pedro
con la labor ministerial del
apóstol Pablo enviado
a los gentiles,
podemos constatar que
fue más fructífera
para él, pues
era romano de
nacimiento[nació en la provincia
romana de Tarso
ciudad de influencias
orientales y grecoromanas. Dato del
Nuevo Diccionario Ilustrado
de la Biblia. Pág.
1114], aunque era
hijo de padres
judíos de la
tribu de Benjamín,
al nacer en
una provincia romana
aprendió la lengua
de la nación
(el latín), sus
padres le enseñaron
el hebreo y
Gamaliel honorable rabino
judío le enseñó
las letras de
historia. (Hechos 22:1-3),
y conocía el
idioma griego por ser la
lengua del imperio,
por tanto, era poliglota:
hablaba tres idiomas, por
esta y otras
razones a él
no le fue
difícil predicar el
evangelio de la
gracia sin prejuicios
raciales; por estos motivos,
le fue más
fácil al Padre revelarle a
su Hijo. [Gálatas
1:15-16]; Jesucristo después
le reveló las
visiones del misterio
del Cuerpo. (Efesios
3:3-7; Colosenses 1:24-29;
Romanos 16:25-27; 1
Corintios 15.1-8). Gracias
al apostolado de
Pablo, la iglesia
recibe y mantiene
el diseño que en el
siglo I le
reveló el Señor
en el desierto
de Damasco, en
Siria. (Gálatas 1:11-24;
Gálatas 2:1-10).
Le sugiero
que de nuevo
examine las epístolas
del apóstol Pablo
y dese cuenta
de que las
páginas del Nuevo
Testamento enfatizan más
la labor de
apóstoles y pastores
que la de
profetas, siendo que
el apóstol Pablo
hace suficiente énfasis
en no rechazar
las profecías como
uno más de
los dones de
1 Corintios 12,
y 14, por
supuesto que sin
descartar la realidad
de la existencia
de los profetas
que hacen más
que solo traer
profecías. Por favor
lea todos los
pasajes bíblicos que he incluido
en este tema,
que pretende resaltar
la realidad de que el
apostolado precede a
lo profético sin
anular la labor
del oficio de
los profetas. Espero
haberme hecho entender.
Dr. Luis Mercedes
A los Pies
de Jesucristo.
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