El único modelo
de la autoridad
de Dios que
conocemos acerca de
su Reino y
cómo lo administra
sentado desde su
Trononos lo describe
el salmista cuando
dice: «Jehová está en
su santo templo;
Jehová tiene en
el cielo su
trono; Sus ojos
ven, sus párpados
examinan a los
hijos de los
hombresJehová prueba al
justo; pero al
malo y al
que ama la
violencia, su alma
lo aborrece». [Salmo
11:4-6]. El salmista
David recibió la
revelación de que
Dios es quien
sentado en su
trono y al
estar sus ojos
sobre la tierra
es quien juzga
con justicia, porque
ha dispuesto su
trono para juicio.
[Salmo 9:4b, 7-8].
Dos cosas más nos revelan
los salmos acerca
de las características del
trono de Dios,
por ejemplo, el
salmo 89:14 dice: «Justicia y juicio
son el cimiento
de tu trono;
misericordia y verdad van
delante de tu
trono». ¿Por qué
es tan importante
la justicia en
las relaciones humanas?
¿Por qué necesitamos
administrar con juicio
las cosas que
pensamos; hablamos y
hacemos? Por qué necesitamos
cimiento sobre todo
lo que hacemos.
Para poder entender
algo, veamos de
que nos habla
la palabra cimiento
en este salmo:
cimiento
nombre masculino
1.
Parte
de una construcción
que está bajo tierra y
le da solidez,
le sirve de
base y apoyo.
“los cimientos de
los edificios siempre
tienen una gran
base para que
la presión sobre
el suelo sea
pequeña”.Si
estamos muertos con
Cristo, de manera
almática estamos bajo tierra. «Porque habéis
muerto, y vuestra
vida está escondida
con Cristo en
Dios… Así también
vosotros consideraos muertos
al pecado, pero
vivos para Dios
en Cristo Jesús,
Señor Nuestro. No
reine, pues, el
pecado en vuestro
cuerpo mortal, de
modo que lo
obedezcáis en sus
concupiscencias; ni tampoco
presentéis vuestros miembros
al pecado como
instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros
mismos a Dios
como vivos de
entre los muertos,
y vuestros miembros
a Dios como
instrumentos de justicia». [Colosenses
3:3; Romanos 6:11-14],
(nunca olvidemos que
la lengua es
uno de los
miembros más peligrosos
de nuestro cuerpo
según Santiago[3:1-12]. Para
poder frenar la
lengua y evitar
fuego sobre la
creación humana; necesitamos
conocer las motivaciones
que surgen debajo
de nuestra tierra
(alma, carne=cuerpo), y
no necesariamente desde
nuestro espíritu.
2.
Principio u
origen en que se asienta
una cosa no
material.¿No es
el propósito divino
afirmar algo que
existe desde siempre?
¿No es el
hombre echo menor
que los ángeles
para sustentar algo?
El salmista David
extrañado pregunta: «Digo: ¿Qué
es el hombre,
para que tengas
de él memoria,
Y el hijo
del hombre , para
que lo visites?
Le has hecho
poco menor que
los ángeles, Y
lo coronaste de
gloria y de
honra. Le hiciste
señorear sobre las
obras de tus
manos; todo lo pusiste debajo
de sus pies:
Ovejas y bueyes,
todo ello, Y
asimismo las bestias
del campo, las
aves de los
cielos y los
peces del mar;
todo cuanto pasa
por los senderos
del mar». [Salmo
8:4-8].
Necesitamos comprender
que la reafirmación
del Reino de
Dios tiene que
ver con algo
que se introdujo
en la tierra,
y lo sabemos
por las palabras
del rey David
cuando escribe: «Jehová reina;
se vistió de
magnificencia; Jehová se
vistió, se ciñó de poder.
Afirmó también el
mundo, y no
se moverá.Firme
es tu trono
desde entonces; Tú
eres eternamente». [Salmo
93:1-2].
Si como
testifica David, Dios
es eternamente: ¿Por
qué se dice
que “desde
entonces” firme es
su trono? A
qué se refiere
esta expresión; Aquí
es donde debemos
visualizar la intención
divina de extender
la esfera de
su Reino hacia
la tierra, dirigiéndolo
desde su trono
firme;las bases de
cuyo Reino quisieron
ser sacudidas por
causa de la
rebelión de Lucero
quien quiso sentarse
en eseTrono del
Altísimo pues subiendo
desde la tierra
lo proclamó a
los aires pero
desde entonces Dios
reafirmó su Trono;
cuando leemos las palabras del profeta Isaías
recibimos el entendimiento
de la confirmación
de que: -firme es
tu trono desde
entonces-, cuando escribe
la revelación que
se le dio
acerca del destino
final de Lucero
en su intento
de rebelión: «¡Cómo caíste
del cielo, oh
Lucero, hijo de
la mañana! Tú
que decías: Subiré
al cielo; en
lo alto, junto
a las estrellas
de Dios, levantaré
mi trono, y
en el monte del
testimonio me sentaré,
a los lados del
norte; sobre las
alturas de las nubes
subiré, y seré
semejante al Altísimo.
Mas tú derribado
eres hasta el
Seol, a los
lados del abismo».
[Isaías 14:12-15]. Desde
entonces, el Altísimo
tomó la decisión
de afirmar su
Trono y sustituir
a Lucero, creando
al hombre poco
menor que los
ángeles, para hacerlo
administrador juntamente con Él, de
todos los recursos
de la tierra
que antes administraba
Lucero, quien se
constituyó en Satanás,
que significa: Adversario.
¿Sólo de Dios?
Definitivamente que no,
¡También es adversario
de nosotros! que
fuimos creados a
la imagen y
semejanza de Dios,
para ser administradores de
todos los recursos
de la tierra,
pero con justicia,
juicio y equidad,
pues para esto
fuimos creados, para
extender los atributos
de Dios a
los hombres.
Definamos la palabra
equidad para que
tengamos una idea
clara de lo
que se espera
de nosotros:
equidad
nombre femenino
1.
Cualidad que
consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o
condiciones.Esto habla
de actitudes de
justicia que exaltan
el Carácter del
Dios que nos
creó a su
imagen y semejanza
para que extendamos
sus Atributos de
justicia, juicio y
equidad a la tierra a
través de nuestras
actitudes en las
relaciones entre unos
y otros en
la iglesia.
2.
Cualidad que
consiste en nofavorecer en el trato
a una persona perjudicando a otra.Esto nos
habla de distribuir
nuestros recursos, conforme
a los principios
y valores del
Reino de Dios
extendido a la
tierra, para que
hagamos su voluntad,
como se hace
en el cielo;
que también la hagamos
en la tierra
como lo afirmó
Jesús el Señor
al decir: «Venga tu
reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo,
así también en la
tierra». [Mateo 6:10].
Por todo
lo anterior conocemos que
la extensión del Reino
de Dios
a la tierra,
tiene la finalidad
de manifestar los
Atributos de su
Carácter de justicia
como en el
principio se le
solicitó a la
Nación de Israel;
mismos Atributos que ahora son introducidos al
mundo gentil a
través de la
Iglesia su templo.
[1 Timoteo 3:15];
Por cuanto somos:
Su casa. [Hebreos
3:6]; Su habitación,
su morada. [Efesios
2:22].
La iglesia
es la morada
tanto del Padre,
como del Hijo. [Juan
14:23], así como del Espíritu
Santo. [1 Corintios
6:19]. Millones de
creyentes no comprenden
la intención de Dios al
prometer habitar, y
andar en medio
de su pueblo.
El deseo vehemente
de manifestar su
Carácter de Justicia,
Juicio (discernimiento de
las circunstancias), y
bondad a través
de nosotros es
parte de su
propósito eterno concretado
con la presencia
de Jesús el
Cristo quien manifestó
los Atributos de
obediencia tanto como
siervo, y como Hijo. De modo
que ahora podemos
entender y comprender
la razón por
la que se
profetizó que:Firme
es tu trono
desde entonces. Desde
que se consolidó
el objetivo de
crear al hombre
como administrador de
su Carácter extendiendo
su imagen y
su semejanza hasta
la tierra.
Identifiquémonos con
el modelo de
sociedad que Dios
estableció a través
de la nación
de Israel, y
posteriormente introducido a la iglesia;
porque es el
modelo de administración de
los asuntos de
Dios en la
tierra.Desde Israel Dios exportó primero
en el Oriente
medio, y luego
al mundo entero
donde quiera que
fueron dispersados como
judíos, los principios
del Carácter de
Dios en los
hombres que le
siguieron y le
seguimos sirviendo hoy.
Veamos algunos de
esos principios que
se constituyeron en
un estilo de
vida espiritual, laboral
y social hasta
el día de
hoy.
1.
Dios le
definió a Israel
en sus relaciones
interpersonales, un estilo
de hacer justicia
a través de
corazones desprendidos del
apego a los
bienes materiales,
administrado por los jueces establecidos
en medio del
pueblo. [Deuteronomio 25:1-16].
a). Se
respetaban las deudas
y se pagaban;
b). No
se le retenía
el salario a
nadie; c). No se
le retenía la
ropa al que
tenía pocas.
2.
La nación
de Israel tiene
un modelo de
conducta en la
administración de la
tierra y sus
productos adquiridos de
ella a través
de la agricultura,
proveyendo equilibrio para
que todos comieran
sin que existiera
ambición dañina por
la codicia, por
ejemplo, pasajes como
este: «Cuando sacudas tus
olivos, no recorrerás
las ramas que
hayas dejado tras ti;
serán para el
extranjero, para el
huérfano y para
la viuda. Cuando
vendimies tu viña,
no rebuscarás tras
de ti; será
para el extranjero,
para el huérfano
y para la
viuda. Y acuérdate
que fuiste siervo
en tierra de
Egipto; por tanto,
yo te mando
que hagas esto».
[Deuteronomio 24:19-22]. La ganadería,
las ovejas y
los bueyes, se
repartían según la
necesidad. Y se
reponían si había
accidentes.
3.
Por supuesto
los asuntos espirituales
eran administrado por
un ministerio aparte,
exclusivo, el que Dios mismo sustentaba usando
la obediencia, gratitud
y disposición del
pueblo. Dios
La elección
de una tribu
para ser dedicada
a Dios, tenía
al Creador mismo
por heredad y
medio de sustento,
la ley del sustento
a los escogidos,
Dios lo específicó
bien claro desde el
mismo inicio de
salir Israel de
Egipto como lo
testifican las Escrituras:
«Los sacerdotes
levitas, es decir, toda
la tribu de
Leví, no tendrán
parte ni heredad
en Israel; de
las ofrendas quemadas
a Jehová y
de la heredad
de él comerán.
No tendrán, pues,
heredad entre sus
hermanos; Jehová es
su heredad, como
él les ha
dicho. Y este
será el derecho
de los sacerdotes
de parte del
pueblo, de los
que ofrecieren en
sacrificio buey o
cordero; darán al
sacerdote la espaldilla, las
quijadas y el
cuajar. Las primicias
de tu grano,
de tu vino
y de tu aceite, y las
primicias de la
lana de tus
ovejas le darás,
porque le ha escogido
Jehová tu Dios
de entre todas
tus tribus, para
que esté para administrar en
el nombre de Jehová, él
y sus hijos
para siempre. Y
cuando saliere un
levita de alguna
de tus ciudades
de entre todo
Israel, donde hubiere
vivido, y viniere
con todo el
deseo de su
alma al lugar
que Jehová escogiere,
ministrará en el nombre
de Jehová su
Dios como todos
sus hermanos los
levitas que estuvieren
allí delante de
Jehová. Igual ración
a la de
los otros comerá,
además de sus
patrimonios».
[Deuteronomio 18:1-8].
¿Cuál era
ese patrimonio del
que habla el
Señor Dios? «Dijo más
Jehová a Aarón:
He aquí yo
te he dado también el
cuidado de mis ofrendas;
todas las cosas
consagradas de los
hijos de Israel
te he dado
por razón de
la unción, y
a tus hijos
por estatuto perpetuo.
Esto será tuyo
de la ofrenda
de las cosas
santas, reservadas del
fuego; toda ofrenda
de ellos, todo
presente suyo, y
toda expiación por
el pecado de
ellos, y toda
expiación por la
culpa de ellos,
que me han
de presentar, será
cosa muy santa
para ti y
para tus hijos.
En el santuario
la comerás; todo
varón comerá de
ella; cosa santa
será para ti…
Y Jehová dijo
a Aarón: De la de ellos
no tendrás heredad,
ni de entre ellos
tendrás parte. Yo soy
tu parte y
tu heredad en
medio de los
hijos de Israel.
Y he aquí
yo he dado
a los hijos
de Leví todos
los diezmos en
Israel por heredad,
por su ministerio,
por cuanto ellos
sirven en el
ministerio del tabernáculo
de reunión». [Números
18:8-21].
Ningún israelita
podía presentarse delante
de Jehová con
las manos vacías,
pues esto era
una afrenta. [Éxodo
23:15; Éxodo 34:20;
Deuteronomio 26:1-19; Deuteronomio
16:16], esto era
muy determinante, pero,
¿Qué significa llegar
a la presencia
de Jehová con
las manos vacías?Llegar
ante el sumo
sacerdote con las
manos vacías, era
una ofensa a Dios; visitar
al profeta para
consultarlo con las
manos vacías era
un insulto a
Dios que es
el que es
consultado y habla
según la consulta;
llegar delante del
rey con las
manos vacía era
ofender al Rey de ambos;
no traer regalos
al general del
ejército del rey
era una ofensa
al tal. Cuando
no honramos a
los siervos llamados
para trabajos específicos
en el ministerio.
Y no consideramos
que al ser
llamados, Dios se
constituye en el proveedor de
los que Él
escoge para ese
servicio especial en
realidad a quien
estamos ofendiendo es
al Dios que
los llamó a
ellos.
Por ejemplo,
veamos el caso
de Saúl cuando
buscaba las asnas
de su padre
Cis, y su criado le
sugirió que podían
ir a consultar
al profeta Samuel,
observemos que lo
primero que: «Respondió Saúl
a su criado:
Vamos, pues, allá;
pero ¿qué llevamos
al varón? Porque
el pan de nuestras alforjas
se ha acabado,
y no tenemos
qué ofrecerle al
varón de Dios.
¿Qué tenemos? Entonces
volvió el criado
a responder a
Saúl, diciendo: He
aquí se halla
en mi mano
la cuarta parte
de un ciclo
de plata; esto
daré al varón
de Dios, para
que nos declare
nuestro camino… dijo
entonces Saúl a
su criado: Dices
bien; anda, vamos». [1
Samuel 9:5-9].
¡Nadie ocupaba
los servicios del
sacerdote, de un profeta de
los generales del
rey, o del
mismo rey llegando delante
de ellos con
las manos vacías!
Era una afrenta
y deshonra al
Dios que los
escogía para tales
menesteres en su
Reino. Leyendo 1
Samuel 10:27 observamos
la actitud de
algunos perversos que
dijeron: «¿Cómo nos ha de
salvar éste? Y
le tuvieron en
poco, y no le trajeron
presente; mas él
disimulo». Honra es
proveer presentes a
los ungidos por
Dios. Mujeres le
servían al Señor
Jesús con sus
bienes. [Lucas 8:2-3].
Hoy le debemos
honra, honor y
respeto a los
ungidos para servir
en los ministerios.
¿Cuántas veces
consideramos la condición
de los apóstoles
y profetas sobre
los cuales está
la carga de
sostener la visión
de la eternidad?
¿Cuánto reconocimiento le
mostramos a los
pastores al frente
de los rebaños,
considerando su trabajo
de orientación, asesoría,
consejería, visitación cuando
están enfermos los
miembros? ¿Cuántas veces
tenemos pendiente sus
celebraciones de cumpleaños,
o pensamos en
reconocerle un día
al año dedicándole
ese día como
celebración del día
del pastor por
su servicio a
la obra? ¿Cuántas
veces pensamos en
el descanso vacacional
que merece el
siervo o la sierva de
Dios? Esto es
parte de la honra
y el respeto,
por cuanto el
ministro es representante
de Dios en
la iglesia. Hasta
que todos lleguemos
a funcionar como
órganos vivos del
Cuerpo de Cristo
operando cada uno
en su unción
particular; mientras eso
llega, procuremos seguir
creciendo con actitudes
de justicia y
equidad. Porque sinceramente
lo que deseamos
que se haga
con nosotros, es
lo mismo que
debiéramos hacer con
los demás como dijo el
Maestro.
¡Esto es
equilibrio divino!
Dr. Luis Mercedes
A los Pies
de Jesucristo.
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