sábado, 17 de septiembre de 2016

Normas Doctrinales

Esto  creemos  y  por  esto  nos  guardamos  en  Dios.


I-.

 

1.     Creemos que Jesucristo es el Unigénito Hijo de Dios y único Salvador de todos los hombres. (Juan 3:16-18; 1 Timoteo 2:5; Tito 2:14).
2.     Reconocemos y aceptamos que  Él es el único y suficiente Salvador personal. (Juan 1:12; Hechos 4:12; 10:43)
3.     Creemos en la experiencia personal del nuevo nacimiento. (Juan 1:13; 3:3-5; Santiago 1:18).
4.     Buscamos y anhelamos, ardientemente, la llenura del Espíritu Santo (Lucas 11:13; Hechos 4:31) aceptamos juntamente con el testimonio del evangelista Lucas, que somos llenos más de una sola vez, según Hechos 4:30 y la exhortación del apóstol Pablo a los Efesios de que seamos llenos del Espíritu Santo, (aunque ya ellos habían sido llenos una vez como lo registra Efesios 1:13-14), creemos en la llenura con la clara evidencia de hablar en otras lenguas (Hechos 2:1-4), pidiendo en oración constante y fervientemente poder interpretar esas lenguas (1 Corintios 14:13), creemos que siguen vigentes todas las manifestaciones de los dones del Espíritu Santo que son veinti seis (no nueve). (Isaías 11:2; Romanos 12:6-8, 1 Corintios 12:8-10; Efesios 4:11).
5.     No descansamos hasta ver, en nuestra vida cotidiana el Fruto del Espíritu que manifiesta la naturaleza de Cristo, la cual debe ser desarrollada en nosotros (Gálatas 2:20; 5:22-25; Tito 2:11-12)
6.     Creemos que debe haber llamamiento directo del Espíritu Santo a algunos de los oficios del ministerio, de:  1. Apóstoles;2. Profetas;3. Evangelistas;4. Pastores y 5. Maestros. (Hechos 13:2, 4, Hechos 16:6-10).
7.     Creemos en la Santa Biblia como el único libro inspirado por el Espíritu Santo. (2 Timoteo 3:16).
a.     Reconocemos y aceptamos totalmente sus sesenta y seis libros como instrucción divina, desde Génesis hasta Apocalipsis.(2 Pedro 1:19-21). Consideramos la Biblia como el libro sagrado, infalible y capaz de ser adoptado como norma de conducta espiritual, moral, social y ética mientras tengamos vida. (Josué 1:8). Aceptamos sus escritos como la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas en el hogar, en la sociedad, y la conducta ministerial, de cada uno de sus miembros (Deuteronomio 6:6-9).
b.    Rechazamos irrevocablemente la inclusión de los libros apócrifos por no ser inspirados por el Espíritu Santo, además de ser contradictorios; respetamos la decisión equívoca de las Sociedades Bíblicas que los incluyan, pero rehusamos su inclusión en la Santa Biblia.«Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras»(Proverbios 30:5, 6; Hebreos 4:12).

II-.

1-Sobre nuestra posición y creencia en el misterio de Elohim: La Deidad del Padre, Deidad del Hijo y Deidad del Espíritu Santo, sabiendo que la palabra tanto en hebreo como en griega Deidad establece tanto la divinidad del Padre, la Divinidad del Hijo, la Divinidad del Espíritu Santo, constituyéndolos Dios=Elohim. (Génesis 1:1, 26; Génesis 11:6-7; Mateo 3.17; Hechos 2:34; 2 Corintios 13:14).
a     Creemos, por medio de investigaciones hermenéuticas la palabra trinidad no aparece en las Sagradas Escrituras, sino que fue incluida por los llamados padres de la Iglesia para refutar el concepto Arriano que trataba de separar de la Iglesia, la fe viva en la Persona maravillosa de Jesús, negando sus funciones divinas dentro de la Deidad (1 Juan 2:18-23). Estos padres “apostólicos” supuestamente fueron discípulos de los apóstoles de Cristo, que aparecen por primera vez a partir del año 100, d.C, Sin embargo, sí creemos y aceptamos el misterio de la Deidad, que nos revela la realidad de un Dios verdadero, Padre de todos los hombres (Ezequiel 18:4, 20), quien envió a su Hijo Jesucristo, como el Redentor de todos los hombres (Isaías 42:2; Mateo 3:17), que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, que es Dios (Hechos 5:3-4), por lo que aceptamos que:
                                                         i.      EI Padre es Dios (Juan 14:1).
                                                      ii.      EI Hijo es Dios (Juan 1 1, 49, Juan 20:28).
                                                   iii.      EI Espíritu Santo es Dios (Hechos 5:3-4).
b         Creemos que los tres operan en equipo de unidad desde la rebelión de Lucero, y son uno en elpropósito de la redención (1 Juan 5:7-11). Las Escrituras nos muestran la labor unida de Elohim en la creación. En la que los tres forman parte activa. (Génesis 1:1-3; Salmo 104:30; Proverbios 8:25-30), también los tres contribuyen aportando los Atributos de sus Personalidades compartiéndolos con los creyente (2 Corintios 13:14). Definitivamente los Tres son Personas reales y forman una unidad estupenda. (Hechos 7:55-56).

c.     Creemos que el Padre es Dios no creado ni engendrado, siempre eterno, siempre existente, sin principio ni fin, que nunca en su Persona real y física ha sido visto, pues vive rodeado de luz (Juan 1:18; 1 Timoteo 6:16; 1 Juan 1:5). Aunque existen teofanías de su Persona  (Daniel 7:13-14).
d.    Creemos que Jesucristo es Dios, no creado, solo engendrado por medio del Espíritu Santo al ser concebido por la vírgen  María, para realizar nuestra redención (Lucas 1:26-35; 1 Timoteo 3:16). Creemos que nació como Perfecto hombre al ser concebido biológicamente por su madre María que le impartióveintitrés cromosomas, pero sin pecado original, por cuanto no tuvo padre humano sabemos que biológicamente son los padres quienes transmite la herencia genética humana, por lo cual fue Hijo de Dios quien por el Espíritu Santo le impartió los otros veintitrés cromosomas que completan las cuarenta y seis cromosomas que forman a los humanos; (Lucas 1:35), reconocemos que Él ·fue un Hombre perfecto concebido, formado biológicamente en el vientre de su madre. (Salmo 139:13-16; Hebreos 2:14-17; 4:15) ,y a la vez era perfecto Dios, de la misma esencia divina sin ser el Padre (Juan 14:28), ni el Espíritu Santo, siempre existente en la eternidad con el Padre (Génesis 1 :26; Proverbios 8:22-30; Juan 17:5), que se despojó a símismo del derecho de usar su condición de Dios al ofrecerse en la eternidad, (Isaías 6:8) condición que se cumplió al al nacer como Hombre. (Filipenses 2:5-11).
e.     Creemos que el Espíritu Santo es Dios no creado, nunca formado, siempre existente con el Padre y el Hijo en completa existencia de armonía y colaboración en todos los proyectos, propósitos y planes de la creación (Génesis 1:2), constituido y enviado por el Padre y por el Hijo a la iglesia como único agente en la conducencia y protección de Israel pueblo de Dios el Padre (Isaías 63:8-14), y después de la muerte y resurrección de Jesucristo quedó en cargado del cuidado y preservación de la pureza de la Iglesia (Juan 14:26; 16:13-14; Hechos 5:3-4; 13:2-4; 16:6-10).  Creemos que hasta el arrebatamiento de la Iglesia, (1Tesalonicenses 3:14-17; Efesios 4:30) el Espíritu Santo ha sido agente divino de reclutamiento y elección de los santos y notificador de los pecadores (Juan 16: 7-11). Gobernador y asministrador de la dispensación de la graca.

III-. Nuestra posición acerca de las doctrinas generales de la Iglesia mientras se encuentre en la tierra


1.     Creemos que el pecado original se concibió en la tierra original dada a Lucero al principio para que la administrara, (Ezequiel 28:13-19); la rebelión de Lucero fue la que provocó que el pecado se introdujera en el universo, mucho antes de que Adam fuera creado. Esto lo podemos leer en el libro del profeta Ezequiel, porque a él se le reveló esa situación y el desordenamiento de la tierra como le fue revelado a Isaías. (Isaías 14:12-15). La rebelión de Lucero trajo como consecuencia la desorganización de la primera tierra creada por Dios; (Génesis 1:1-2; Isaías 45:18). Por la separación de Lucero constituido en Satanás (adversario), y al ser alejado de Dios y de su Reino Dios hizo cubrir la tierra de tinieblas como señal de luto por él. (Ezequiel 31:3-16). Cuando Dios decide reorganizar la tierra porque como Él mismo lo testifica no la creó en vano, sino para que fuese habitada la creó, (Isaías 45:18), es cuando crea al hombre al reorganizarla, y le pone nombre a: Adam,y lo deposita en el huerto del Edén. (Génesis 2:15); creemos que la segunda incursión de Satanás contra Dios y su Reino es cuando seduce a la mujer engañándola. (Génesis 3.1-5; 1 Timoteo 2:14).
Creemos que el hombre fue creado en un estado de madurez emocional y espiritual, capaz de obedecer todo lo establecido por Dios, su Creador, ¡Pero no era inmortal !La inmortalidad la sacó Dios el  Hijo al mundo por su muerte y resurrección, y esto es lo que debe anunciarse por el Evangelio. (2 Timoteo 1:8-10; Romanos 16:25-27).
a.     Adam debía desarrollar una administración sabia de toda la tierra en perfecta armonía con la mujer (Génesis 1 :27-29),antes de crear a la mujer, Dios concertó un pacto verbal con Adam.(Génesis 2:15-17).
b.     Creemos que, con el correr del tiempo, Adam violó lo establecido, desobedeciendo al comer del árbol prohibido dejándose seducir por la mujer, quebrantando así el pacto concertado con Dios (Oseas 6:6-7); creemos que esta violación se constituyó en su único pecado. (Romanos 5:12-16), por cuyo pecado de desobediencia condenó al mundo, desde el huerto del Edén hasta la Cruz del Calvario; por su desobediencia el mundo entero (hombres, mujeres y niños) quedó sujeto al pecado de desobediencia, siendo este pecado el punto de partida para todos los demás pecados hasta degenerar en iniquidad. (Génesis 6:5; Romanos 1:18-31; Romanos 5:12).
c.      Creemos que a partir de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, el hombre ha quedado libre del pecado del huerto (Romanos 6:6; Ezequiel 18:1-20; 2 Corintios 5:17; Gálatas 6:15), porque Adam como el hombre viejo en el plan divino, llamado el primer Adam; fue sustituido por Jesús, llamado el Segundo Hombre, (1 Corintios 15:42), por tanto, Segundo Adam en el propósito eterno, en quien somos nueva creación. (Gálatas 6:15), por tanto, creemos que todo niño que nace es libre del pecado del huerto; pero, sin embargo, como el mundo está bajo la influencia del maligno (1 Juan 5:19), tanto los niños, a medida que van creciendo, como los jóvenes y hombres, son seducidos a practicar toda clase de pecado a causa del desconocimiento de la realidad del amor de Dios, manifestado en la muerte de cruz de su Hijo, pecados de los que serán libres cuando reconozcan a Jesucristo como su suficiente Salvador personal (1 Timoteo 2:14).

2.     Creemos en la completa obra realizada por Jesucristo como nuestro sustituto yendo por nosotros a la cruz; de modo que ahora al recibirlo estamos completos en Él.(Colosenses 1:15-19; Colosenses 2:9-10); por supuesto que debido a que a millones de creyentes se les hace difícil de comprender los privilegios de la obra de Cristo Jesús en el calvario, añado el privilegio que tenemos al ser santificados (purificados y separados automáticamente para Dios al aceptar su sacrificio por nosotros), sin que ignoremos el proceso que atravesamos mientras estamos siendo desarrollados en la maduración a través de nuestra relación vertical con Dios, y vamos siendo transformados de día en día, hasta ir adquiriendo la imagen del Señor Jesús, (Romanos 8:29), regeneración de conducta, que es un proceso por el que todos estamos llamados a pasar delante de Dios, delante de los hombres y delante de los principados y potestades en las regiones celestes. Creemos en la santificación definida y los diferentes tiempos que representa dicha palabra, al considerar los tres términos griegos que especifican sus funciones en el plan de salvación:
a.     Primero creemos que el Espíritu Santo nos seleccionó de entre los pecadores de este mundo (esto es santificación=separación). Segundo, que al nosotros reconocer nuestra condición de pecadores nos arrepentimos y automáticamente se nos adjudica la segunda fase de la santificación, que es la de purificación de nuestras almas por la sangre de Jesucristo que nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7). Al aceptar su sacrificio en fe, automáticamente somos apartados para el uso y servicio de Dios. De esto nos habla 2 Tesalonicenses 2:13, donde el apóstol Pablo usa el verbo griego hagiazo que significa que somos apartados por el Espíritu Santo como posesión de Dios, el apóstol Pedro amplia este principio explicando que fuimos apartados por el Espíritu Santo para obedecer a la verdad que está en Jesús y ser rociados, katharismos, purificados con la sangre de Jesucristo, para el exclusivo uso de Dios.(1 Pedro 1:2).
3.     Creemos que el arrepentimiento es el primer paso necesario para la salvación (Mateo 3:1-2; 4:17; Hechos 2:37-38; Hechos 10:42-43; Hechos 11:18):
a.     Arrepentirse nos habla de cambiar de conducta por regeneración progresiva. (2 Corintios 3:18);
b.     Arrepentirse es devolver lo ajeno al que se había defraudado, (Lucas 19:8), Efesios 4:28; 2 Tesalonicenses 3:6-15).
c.      Arrepentirse es volverse a Dios de todo corazón cuando se reconoce que se le ha ofendido.

4.    La justificación por la fe en Cristo
a.     Creemos que cuando aceptamos el hecho histórico de que Jesús murió por nosotros en sustituyéndonos a nosotros en la cruz, la vida justa de Él nos es acreditada a nuestro favor; por lo cual Dios nos ve como seres absueltos, perdonados, libres, justificados por nuestro acto de creer en el sacrificio de su Hijo. (Romanos 5:1-11), de modo que entendemos que Dios nos recibe como hijos en una nueva relación, hechos perfecto en el espíritu (completos) porque hemos sido acercado a la congregación de los primogénitos que están inscritos en el cielo, (Hebreos 12:22-25), al tener espíritus perfectos,estamos completos de todo lo que se requiere de nosotros para hacer la voluntad de Dios por su Espíritu en nosotros.

5.    El nuevo nacimiento
a.     Creemos que al arrepentirnos de nuestra vida pasada y aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador, somos justificados y damos inicio a una nueva relación con Dios, ¡Este es el efecto de aceptar la Palabra del anunció del Evangelio, con el cual nacemos de nuevo a la comunión descontinuada por el pecado de Adam en el huerto!; por este acto de fe, ahora somos nueva creación al considerarnos descendencia del Segundo Adam. (1 Corintios 15:45-47),
b.     Creemos que el nuevo nacimiento nos es acreditados al entregar nuestras vidas a Jesucristo en quien somos justificados, santificados, y recibimos redención de parte de Dios. (1 Corintios 1:30), somos hagioi, santos en Él, al acercarnos a Dios el Padre, somos santificados(hagiasmos=santificación o apartamiento por Dios y para Él), estado al que Dios nos llama y por el cual nos concede tal estado de hagioi santos=santificados delante de Él, por su sola gracia la cual nos es anunciada por medio del evangelio, iniciamos así, un proceso en el que vamos siendo santificados (regenerados), en nuestra vida diaria por la sola gracia y única ayuda de Dios el Espíritu Santo, esto habla de un proceso diario al que hemos sido introducidos para vivir en consagración de nuestro temperamento hasta que adquirimos el Carácter de Cristo el Hijo; al ser obra exclusiva de Dios el Espíritu Santo, el Señor Jesucristo que fue dirigido por el Espíritu Santo a ese estado sobrenatural nos exhorta diciendo a través del apóstol Juan, diciendo: «… y el que es santo, santifíquese todavía». (Apocalipsis 22:11). El verbo que emplea Juan allí es hagiazeto, que tiene que ver con la regeneración diaria, porque es una invitación a consagrarse como un acto dela voluntad de mantenerse cerca de Dios. Hagamos un repaso otra vez los tres tiempos en la santificación, de los cuales dos son instantáneos, y uno progresivo:
                                                             i.      Apartamiento del mundo para ser rociados por la sangre de Jesús ‘hagiasmos’,(Romanos 1:1; 1 Pedro 1:22).Acto realizado por Jesucristo en nuestro lugar, esta acción se activa automáticamente al aceptar a Jesucristo.
                                                          ii.       Purificación por EI rociamiento de la sangre hagiazo (Hebreos 9:22).Acción inmediato al aceptar a Jesucristo.
                                                       iii.      Consagración expontánea por un acto de nuestra voluntad al reconsagrarnos a Dios, de hagiazeto, acción que es progresiva, para cumplirse diariamente en nuestra vida.

6.     Consagración, re-dedicación que va desarrollando regeneración o cambio en la conducta diaria.Entendemos que cuando Jesucristo dijo: «por ellos yo me santificó a mí mismo». (Juan 17:19);se estaba consagrando para morir por sus discípulos, puesto que no Él no necesitaba ser ni apartado, ni limpiado (purificado con sangre), Él se estaba reconsagrando para morir, estaba poniendo su voluntad en las Manos del Padre; por esto entendemos que la santificación es un proceso hacia la regeneración de conducta diaria, como le dijo Jesús a Juan en la Isla de Patmos: «el que es santo, (Apartado) santifíquese todavía o sea, (purifíquese más por consagración)». (Apocalipsis 22:11). Por esto creemos en la regeneración, transformación por reformación de la conducta espiritual, moral, y social (1 Corintios 13:11; Efesios 4:22-32; 5:1 al 6:1-9; Colosenses 3:5; Santiago 1:19-27)

7.    EI Bautismo en Agua
a.     Creemos en la ordenanza del Bautismo en Agua como el acto que sella nuestra identificación con Cristo, porque al descender a las aguas, nos estamos haciendo uno con Él en su muerte y resurrección y somos sepultados con Él en su muerte al descender a las aguas.  (Romanos 6:1-14). Al salir del agua, estamos testificando que hemos muerto para el mundo y ahora viviremos para Dios. (Romanos 14:7-9; Gálatas 2:20).


8.    La Santa Cena
a.     Creemos que la Santa Cena es una ordenanza que sirve de recordatorio profético en memoria de Él para conservar la unidad corporal de la Iglesia, hasta que Cristo vuelva a la tierra otra vez (Mateo 26:26-29; 1 Corintios 11 :23-26).
b.     Creemos que debe ser tomada desde una copa, que simboliza el propósito por el cual fue derramada la sangre (1 Corintios 11:25; Mateo 26:27; 1 Corintios 10:16-21). ¡Uno por todos!
c.      Creemos que un cuerpo fue herido, y una sangre derramada, por tanto la Santa Cena no es un brindis en el que cada uno toma su copa particular sino un símbolo de la unidad del cual tomamos todos (I Corintios 11:27-34). Creemos que el propósito es el de preservar la armonía y la unidad para no morir físicamente como Judas, o espiritualmente decaer como muchos decaen y a veces no saben la razón por la que hay tanta enfermedad en las congregaciones cuyos miembros, toman la Cena del Señor sin discernir la finalidad de su entrega para que vivamos como un solo corazón y una sola alma. (Hechos 4:32-35), porque somos su cuerpo espiritual (La iglesia); si tenemos una congregación de miles de miembros, se hace posible que de a cien en cien ministros se suministren la copa a los demás. Es decir, cien ministros para mil personas, y así sucesivamente.
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9.    Sobre el Bautismo en el Espíritu Santo
a.     Creemos en el Bautismo del Espíritu Santo con el cual somos injertados al Árbol-Cristo, y somos injertados como pámpanos en la vid (Juan 15:1-2; Romanos 11:27); y automáticamente somos sumergidos como órganos vivos en el Cuerpo de Cristo. (1 Corintios 12-13).
b.     Creemos que por la llenura con el Espíritu Santo somos asimilados, incorporados como miembros activos del Cuerpo glorioso de Cristo (1 Corintios 12:13-30; Romanos 12:4-21) por medio de la unción que nos imparte la llenura del Espíritu Santo, somos equipados con las herramientas cuya primera señal es el hablar en lenguas (Hechos 2:4; 10:44-46; 19:6; 1 Corintios 14:2, 4-18; 2 Corintios 10:3-6).
c.      Creemos que la unidad de la iglesia es sumamente necesaria para la proyección del testimonio de poder que debemos presentar al mundo. (Juan 13:35). Creemos que somos el vehículo de expresión, como cuerpo de Cristo en la tierra, para que sea manifestada la naturaleza de amor del Padre, la naturaleza de obediencia del Hijo y la naturaleza de poder del Espíritu Santo mediante los dones espirituales y el Fruto impartido por el Espíritu Santo.Porque: La iglesia cuyos miembros viven en plena armonía con su Cabeza Cristo, es el vehículo, la morada de Dios el Espíritu Santo para expresar la vida del Padre y el Hijo en nosotros. (1 Juan 4:17).

10. Sobre el arrebatamiento
a.    Creemos en el arrebatamiento de los santos.
b.     Creemos que la Iglesia será arrebatada hacia las nubes para recibir al Señor en el aire, (1 Tesalonicenses 4:15-17) e irá al tercer cielo (El Paraíso), donde se celebrarán las bodas del Cordero. (Apocalipsis 19:6-9).
c.      Creemos que con el arrebatamiento la Iglesia será preservada de la ira de Dios sobre el mundo (Apocalipsis 3:10), que será librada de la hora en que estará reinando el anticristo junto a los diez reyes del Imperio Romano restaurado (Apocalipsis 17:12-14).  Creemos que al fin del Armagedón, Cristo volverá con la Iglesia esta vez como sus soldados de batalla para establecer su Reino (Apocalipsis 19:11-21; Zacarías 14:1-5; 1 Tesalonicenses 5:9-11; Isaías 2:1-4).

11. Sobre la gran tribulación
a.     Creemos que la gran tribulación esta reservada para los santos del Altísimo (Daniel 7:21). Israel, el pueblo de la promesa, la nación a la que Daniel oyó que se les llama los Santos del Altísimo.
b.     Los santos de la Iglesia ciertamente también somos llamados hijos Altísimo, al ser hermanos del Hijo del Altísimo (Lucas 1:32; Lucas 6:35). Si embargo, la gran tribulación es para Israel, llamado Jacob, debido a su estado de impiedad (Jeremías 30:7). ¡No para la iglesia!
c.      Creemos que la Iglesia no está llamada a recibir el reino prometido para ser gobernada (Daniel 7:18-22,27), sino que la Iglesia va a gobernar junto con Cristo (Mateo 19:28; Apocalipsis 2:26) , Creemos que conforme a la costumbre oriental, Jesus usó la parábola de las bodas (Mateo 25). Las fiestas de las bodas en el oriente duran siete días, a veces más; de modo que mientras la iglesia esté en el Paraíso de fiesta, gozando de las bodas (unión física con el Cordero), en el mundo llamado “las tinieblas de afuera”, se estará efectuando la gran tribulación que culminará con la segunda venida de Cristo con su Iglesia (Mateo 25: 1-13; Zacarías 14:2-16; Zacarías 12:2-13; Zacarías 12:1-14).

12. Sobre la segunda venida
a.     Creemos que Jesucristo volverá a la tierra por segunda vez (Hechos 1:9:11; 3:19-21; Judas 14).
b.     Creemos que el arrebatamiento no es la Segunda Venida; porque el Señor cuando arrebate a la Iglesia no va a poner sus pies sobre la tierra, sino que nosotros subiremos hasta Él (1 Tesalonicenses 4:15) para ser transformados en las nubes con cuerpos semejantes, iguales, parecidos al de Él (1 Corintios 15:51-53; Filipenses 3:20-21; 1 Juan 3:2). Y luego descenderemos con Él, el apóstol Pablo llama a este acontecimiento "la venida del Señor" para nosotros recibirlo "en las nubes", no Segunda Venida (1 Tesalonicenses 4:15; Apocalipsis 10:7); para que sea Segunda Venida, el Señor tiene que poner sus dos pies sobre la tierra de Israel, la misma tierra que pisó una vez, específicamente sobre el monte de los Olivos. (Zacarías 14:4).

13. Sobre el reino de Cristo en la tierra
a.     Creemos que cuando Cristo vuelva por segunda vez, va a unir a la nación de Israel -que en la actualidad se encuentra dividida por tendencias políticas diferentes-, y aun espiritualmente. (Ezequiel 37:10-28.  Léase especialmente los versos 22 al 25; Jeremías 33:24, 26).
b.     Creemos que luego de atar a Satanás en su Segunda Venida y al anticristo y al falso profeta (Apocalipsis 19:19-20; 20:12), comenzará el reino profetizado por Daniel (Daniel 7:13-14,22,27), visto por Nabucodonosor, como la piedra que llenó la tierra (Daniel 2:34-35, 44), mostrado a Isaías (Isaías 66:17-25); visto por Miqueas 4:1-4; y Zacarías 8:20-23.
c.      Creemos que será. un reinado de mil años literales, conforme a Apocalipsis 20:2-7, al cabo de los cuales Satanás será suelto e irá a engañar a Rusia y a todos sus países satélites que se sometieron al reino de Cristo por la fuerza, esto incluye a los árabes, los persas (iranies), los babilonios (los de Irak), y los sirios, los levantará contra el reino de Cristo; subirán a Jerusalem y allí, Dios el Padre los detendrá (Apocalipsis 20.7-15), y lanzará a Satanás por la eternidad en el lago de fuego donde mil años atrás habían sido arrojados el Anticristo y el falso profeta. (Apocalipsis 20:10).

14. Sobre el juicio final ante el Trono Blanco
a.     Creemos que después de que Dios cumpla a su pueblo todo lo prometido, vendrá el juicio de todos los pecadores .(Daniel 7:9-10; Apocalipsis 20:11-15).
b.     Creemos que ningún creyente en Cristo estará ante ese trono por cuanto ninguna condenación existe para los que están en Cristo Jesús, sobre todo al estar inscritos en el libro de la vida. (Romanos 8:1, Apocalipsis 21:27).
c.      Creemos que.la humanidad pecadora será la que estará recibiendo la recompensa de haber resistido el testimonio que de Cristo dio el Espíritu Santo a través de la Iglesia. (Juan 16:7-11; Apocalipsis 21:7-8).

15. Sobre la eternidad
a.     Creemos que después del juicio final el Señor purificará la tierra (2 Pedro 3:7-10); la nación de Israel poseerá la tierra prometida ha Abraham como heredad para siempre para ser disfrutada y administrada por su descendencia. (Génesis 17:1-9; Mateo 5:5; Salmo 115:16; Isaías 37:25).
b.    Creemos que la Iglesia morara en el cielo, y al tener cuerpos  semejantes al del Señor, como les prometió a sus apóstoles: «Donde yo estuviere allí estarán ustedes» (Juan 17:24; 12:26; Apocalipsis 3:12; 1 Tesalonicenses 4:17, 1 Corintios 15:51) Creemos que después del arrebatamiento al ser transformadosestaremos siempre con el Señor, por los siglos de los siglos, donde Él vaya nosotros iremos juntamente con Él, amén. Así será, Señor Jesús.


Por estas normas de creencia velamos, y nos guardamos hasta la muerte física o el arrebatamiento.


Al terminar de leer nuestra regla de fe, respetamos su parecer y derecho de disentir y no estar de acuerdo conmigo en todo. Personalmente sé que no seremos levantados por creer lo que entendemos como “doctrina”, sino por vivir unidos a Aquel con el que somos un espíritu. (1 Corintios 6:17).

Maestro  Responsable
Dr. Luis Mercedes

A los Pies de Jesucristo


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